domingo, 12 de diciembre de 2010

Jueces del Infortunio


Jueces del infortunio
con el destino de miles en su porquería
cerdos inmundos, cerdos apestosos

Manos de arrojo, de llantos de miles
la ley sobre ti, la despiadada
no es para menos lo que es a ustedes
no es para menos, ni un poco de misericordia

Se escupen sobre sus rostros las iras de muchos

Jueces del infortunio, abandonados
basuras todos, basuras sin excepción
campos solitarios, estériles es lo que han dejado
sin herencia dejan su casa
todos serán barridos

La ley y sus consecuencias sobre los nefastos
la ley de plomo, el abandono
la ley de plomo, de huesos expuestos
regados en sus campos propios quedan sus deseos
y su panza llena se riega sobre los montes
el licor producto de la desdicha ajena ahora es nada

Se murieron sus deseos jueces del infortunio
sus manos no se alzan
ya no son escuchadas las órdenes de quemazón
las sentencias malditas ya no se ejecutan ni siquiera en sus casas
jueces del infortunio, nefastos

Ley de plomo sobre sus grotescas existencias
ley de arrojo sobre sus cortas mentes dizque inteligentes según ustedes
risa me dan, risa provocan

Ley de arrojo, carcomidas sus neuronas, dañadas sus sinapsis
jueces del desencanto, ustedes y su espanto
espanto barato que engaña a los pobres, los más sensibles

No toquen a mi pueblo
no abusen más de él
dizque memorias privilegiadas
dizque de capacidades sorprendentes

Porquerías sutiles es lo que tienen para todos
un manjar de disfraz a la vista
un detestar dentro de él
un vómito tremendo a provocar

Les traigo un armatoste para faenarlos en trozos pequeños que no hacen daño
Les traigo en este sombrero la maquinaria letal que no deja huella









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