Por qué no te puedo ver
por qué no te puedo tener
Oh paz, abandonada mía!
por qué no te puedo sentir
por qué no te puedo decir estás aquí, conmigo
Oh vida mía!
quedada en el llanto, olvidada en el recuerdo!!
Quién soy ahora si continúo siendo en el que nunca fui
qué papel, qué función me toca hoy cumplir
qué circo nuevo asoma a mi vereda y me dice has tu mejor número
los visitantes de siempre esperan sonreír hoy aún más que ayer
más que en el antaño de tu niñez ingenua.
Cómo quito de mi lo que ya no es mío
cómo traigo a mi lo que nunca fue.
Son solo líneas que no se entienden
Una pieza de pan, un sueño a dos plazas
estas cosas aún buenas no lo son todo.
Sosegado para no llorar
sosegado para no entender ante el resto lo que es antiguo a mi conocimiento.
Abre la caja que te ha sido entregada
es hora cercana ya
no esperes liar más para la apertura magnífica
todos los roedores saldrán huyendo pues ellos mismos serán corridos de sus andrajosas moradas
todos los esquemas se romperán y aún así no podrán entender qué los golpeó
Abre la caja
ella está llena por el espacio de tiempo que ha recibido sus espasmos
de gota en gota su llenura se ha convertido en mucha
se desparrama con gran bramido sobre toda la existencia
Rodeen erguidos los más fuertes guerreros a la caja
igual ella barrerá con todos cual fugaces moscas son barridas ante el rugido del rociador intempestivo
Lloren y lloren porque ya no hay tiempo para retractarse
lloren y salten, rasguen sus vestiduras, vociferen gran lamento y arrepentimiento
No hay tiempo para más nada
no hay tiempo para estas tumbas blanqueadas
Coraje, heridas punzantes
laceraciones de gran sangrar
abre la caja, ábrela ya, el momento termina y empieza el martilleo sin apaciguar
Dónde estás que no te veo
husmeas por las esquinas, por los rincones desconocidos
no te he visto para verte en mis sombras detrás mío
no te he visto y te levantas como si nada, como viejo compañero
navegando en los terrenos de los que fuiste expulsado te encuentras cual frescura de la noche quieta.
sábado, 29 de octubre de 2011
lunes, 24 de octubre de 2011
Las Alegrías
Una alegría llama a otra alegría
esa alegría agarra la manita fuerte de la primera alegría
juntas las alegrías van por el monte del gozo extenso
y más nada saben que no sea de alegrías
viva esta algarabía!!
Van las alegrías sin saber por donde
solo saben que van felices, sólo saben que van muy juntas
y gozan las alegrías
y brindan las alegrías
y crecen las alegrías
se fortalecen con el día a día.
No importan el sol abrasador ni las tinieblas que asustan
no importa que inunde la mala hierba
el poder de lo bueno vale mucho más que el poder de lo malo
aunque letal sea éste último
la pureza de lo primero prevalecerá finalmente.
Un hurra por la esperanza de la alegría que no muere
Un viva por la algarabía de la alegría y su compañera fiel, la lealtad.
Una alegría
Dos alegrías caminando por el monte del edén
Caminando en aquel paraíso del corazón que no se quiebra aún con las fisuras de las batallas
aún con las resquebrajaduras de las guerras perdidas
Dos alegrías amigas jamás perecerán en soledad
porque jamás se dejarán la una a la otra
eterna compañía la de dos alegrías.
Un hurra por la esperanza de la alegría que no muere
Un viva por la algarabía de la alegría y su compañera fiel, la lealtad.
esa alegría agarra la manita fuerte de la primera alegría
juntas las alegrías van por el monte del gozo extenso
y más nada saben que no sea de alegrías
viva esta algarabía!!
Van las alegrías sin saber por donde
solo saben que van felices, sólo saben que van muy juntas
y gozan las alegrías
y brindan las alegrías
y crecen las alegrías
se fortalecen con el día a día.
No importan el sol abrasador ni las tinieblas que asustan
no importa que inunde la mala hierba
el poder de lo bueno vale mucho más que el poder de lo malo
aunque letal sea éste último
la pureza de lo primero prevalecerá finalmente.
Un hurra por la esperanza de la alegría que no muere
Un viva por la algarabía de la alegría y su compañera fiel, la lealtad.
Una alegría
Dos alegrías caminando por el monte del edén
Caminando en aquel paraíso del corazón que no se quiebra aún con las fisuras de las batallas
aún con las resquebrajaduras de las guerras perdidas
Dos alegrías amigas jamás perecerán en soledad
porque jamás se dejarán la una a la otra
eterna compañía la de dos alegrías.
Un hurra por la esperanza de la alegría que no muere
Un viva por la algarabía de la alegría y su compañera fiel, la lealtad.
Felicidad
Si supieras cuanto te amo volarías a mí
porque sabrías que en esta vida nadie igual te amará
porque entenderías que el por qué de tu vida está ligado a mis razones.
Si entendieras profundamente que la vida es más que los libros
y que lo sagrado es más que algo efímero, que algo pactado en ilusiones o en apretujones.
Si entendieras estas cosas correrías a mí y yo correría a ti aún en mi desmedro.
No tengo nada en mi corazón
no hay nada ahí
y no quiero que sea así
no quiero estar vacío
y no quiero estas quejas que me inundan
y no quiero estas cosas que laceran
no quiero este dolor aquí, donde duele constante, en mis profundas emociones
no quiero esta eternidad en mi tiempo finito que cada día es menos.
Y contando mis canicas veo que era feliz en los días del ayer
en el pueblito de las ilusiones viejas
de las casitas de sencillez con sus puertas ataviadas de madera curtida
allá donde todos contábamos con todos
y me veía a mi mismo regalando mis regalos con completa alegría
a los gigantes transeúntes, mis pequeños vecinos, que frente a mi casa paseaban.
porque sabrías que en esta vida nadie igual te amará
porque entenderías que el por qué de tu vida está ligado a mis razones.
Si entendieras profundamente que la vida es más que los libros
y que lo sagrado es más que algo efímero, que algo pactado en ilusiones o en apretujones.
Si entendieras estas cosas correrías a mí y yo correría a ti aún en mi desmedro.
No tengo nada en mi corazón
no hay nada ahí
y no quiero que sea así
no quiero estar vacío
y no quiero estas quejas que me inundan
y no quiero estas cosas que laceran
no quiero este dolor aquí, donde duele constante, en mis profundas emociones
no quiero esta eternidad en mi tiempo finito que cada día es menos.
Y contando mis canicas veo que era feliz en los días del ayer
en el pueblito de las ilusiones viejas
de las casitas de sencillez con sus puertas ataviadas de madera curtida
allá donde todos contábamos con todos
y me veía a mi mismo regalando mis regalos con completa alegría
a los gigantes transeúntes, mis pequeños vecinos, que frente a mi casa paseaban.
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