Si supieras cuanto te amo volarías a mí
porque sabrías que en esta vida nadie igual te amará
porque entenderías que el por qué de tu vida está ligado a mis razones.
Si entendieras profundamente que la vida es más que los libros
y que lo sagrado es más que algo efímero, que algo pactado en ilusiones o en apretujones.
Si entendieras estas cosas correrías a mí y yo correría a ti aún en mi desmedro.
No tengo nada en mi corazón
no hay nada ahí
y no quiero que sea así
no quiero estar vacío
y no quiero estas quejas que me inundan
y no quiero estas cosas que laceran
no quiero este dolor aquí, donde duele constante, en mis profundas emociones
no quiero esta eternidad en mi tiempo finito que cada día es menos.
Y contando mis canicas veo que era feliz en los días del ayer
en el pueblito de las ilusiones viejas
de las casitas de sencillez con sus puertas ataviadas de madera curtida
allá donde todos contábamos con todos
y me veía a mi mismo regalando mis regalos con completa alegría
a los gigantes transeúntes, mis pequeños vecinos, que frente a mi casa paseaban.
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