Cargando una carga de difícil peso transcurre el tiempo agotando sus esperanzas en quienes la pierden.
En el tiempo de ayer creía que todo tenía un por qué, una razón
y tal es la cosa que ciertamente es así en su mayoría.
Pero es así, el resultado de lo que nos pasa es la provocación de lo que hacemos, de nuestros actos
aunque debo confesar que mi inclinación de pensamiento y de análisis de varias cosas me hace ver que en ciertas circunstancias hay un "algo más" que muchas veces está taladrando en nuestras vidas, tratando de desviar, influir en nuestro camino, de tal modo, que su propósito único, es que nuestro camino no sea recorrido como en nuestros planes.
Este "algo más" navega sin permiso ante nuestros ojos, corazones y habitaciones; pero lo interesante de todo esto es que no penetrara nuestra mente, nuestros más recónditos pensamientos y sentimientos estarán siempre impenetrables para él, para este algo.
He aquí está este publicista, este señor caótico, don catastrófico, pero solo es eso, un "algo más", un punto aparte.
He aquí tu chispa, tu ardid temerario, no contra el algo, no contra su directa presencia, sino contra sus mañas.
Alimenta tu razón, contente de la abrasión.
Los paisajes se levantan en este mundo maravilloso y los pájaros siguen trinando, volando en su esplendor los cielos ilimitados a razón de su extensa majestuosidad.
La vida sigue fluyendo en tu sangre, tienes esperanza.
Los libros siguen dispuestos ante tus ojos, tu avanzas aún con los grilletes que te magullan en el talón de cada uno de tus pasos.
El tiempo da como carga finita su limitada permanencia.
Pero tú estás aquí sin más
con muchos ases en tus manos.
Olvidando sutil las cosas muchas que atan levantas un gigante incontenible que verdaderamente te conducen a excelencia.
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