jueves, 13 de septiembre de 2012

Hjjos Míos

Hijos Míos, mis huellas, dos de ellas, las más importantes.
Puede caer el cielo
puedo caer la tierra en el vacío infinito
y la letra quedarse corta
aún mi respiro suspenderse
y mi mentalidad doblegarse en la perdida e insondable existencia de lo que ya no vive
y aún ahí, en ese rincón ver y saber que fueron lo que más amé.

Como un  desvalido, como un incapaz, así fue mi mente navegando en los conflictos de su existencia
y aún en mi torpeza un respiro quieto ahí di, y dije, ¿mis hijos? ¿dónde están mis hijos? ¿cómo están mis hijos?

Hundido en la torpeza navegué
y aún en los tiempos buenos yo lloré
porque las voces de ellos ya no eran sobre mis hombros, mis hijos, ellos dos son mis hijos,
mi Matías, mi Miller.

Es culpable mi mente por mandar torpemente sobre mi integridad total
y yo paso sobre mi mente sobrevolando y permitiéndole en su mala administración el no oír lo que más yo quiero, mis hijos, hijos míos; ellos dos, mis niños.

Llévenme las sombras, llévenme los lamentos, llévenme todos los purgares y todos los pesares en peso muerto, pero otórguese a ellos todos los vítores de fortaleza, todos los dotes para grandeza
y que sus manos no sean desvalidas por la cobardía de mi torpeza, de la cual me aparté en estos lares, pero que aún con tal gestión lamentos me ha seguido provocando, espero que tan solo, por un corto lapso  más de tiempo sea este dolor.


Y respirando van mis hijos, hijos míos
y creciendo van los dos juntitos
que lindos, que pilas, que grandes, que bellos

Vean hijos las notas que dicen cosas buenas
y hagan conforme a ellas, siendo fructíferos en todos sus días
guarden profundo los dotes, todos para la excelencia
y ganen tal situación que les es favorable para ustedes y para los que aman
y sigan creciendo hijos míos, como crece eterno lo que no perece, lo que es bendito.

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