Los hijos se van, se vienen
Los hijos alumbran, alegran
Ellos te miran y entonces te ves
Los hijos te hablan y entonces te escuchas
Los hijos te niegan el derecho de equivocarte para ti mismo
Los hijos te enseñan en su mirada, que es tu mirada
Los hijos te enseñan en su sonrisa, que es la que guardas
Los hijos te llevan por donde no quisiste pero siempre debiste ir
Los hijos te alegran en la tristeza
Los hijos te iluminan cuando te apagas
Los hijos te iluminan cuando te apagas
Los hijos eres tu mismo y no lo ves
Los hijos son el reflejo de tu operancia o inoperancia
La que más de ella hiciste para tí
Los hijos son un todo, no un algo que a veces rezagamos
Los hijos te miran y sienten tranquilidad
Los hijos te llaman, ellos quieren ya hablar
Los hijos son tu huella, tu condición actual no finita
Los hijos son tu voz, tu condición de no extinguirse
¡Los hijos son la alegría final que gritará a mi mente
al yo morir que yo viví!
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