viernes, 12 de marzo de 2010

Padre mío


Pensé que nadie veía pero El me observaba
Imaginé que solo avanzaba, más El me acompañaba

Vagué triste muchas veces
Sin creer tener una salida
Refugiándome en recobecos dolorosos, oscuros, hondos

Más El a cada instante me llamaba
todas las veces a mi puerta tocaba

Dura cabeza, dura cabeza!

El me dijo, Qué te haces
y yo, no respondí

Anduve más tiempo aún en lugares distintos, angustiosos
anduve aún en medio de lobos, en medio de males

Gritaba con grito fuerte mi interior
¿dónde estás?¿dónde estás?

Errado el camino y tonto
no entender con premura, con claridad una ley universal
que como yo en mi afuero quiero sentir
cosa tal al resto debo dar

Y no es cualquier rastrojo mi existencia
cosa buena quiero para todos mis huesos
cosa grata deseo a todas mis carnes

Grande Tú, brillante
Tal cuál el paso damos, nos entregas
Tal cuál el perdón sincero lo clamamos, Tú nos limpias

Grande Tú, majestuoso
de gloria inconcebible, de tiempo no perecible
de estados insondables para mis simples uniones
frágiles ellas, pecadoras ellas
mis partes todas ellas son finitas hasta que tus disposiciones lo permitan

Grande Padre, límpiame
Conforme a mis pasos, acompáñame

Grande Padre, mírame

Mis ratos de cordura son en el yo invocarte
Mis ratos de alegría son en el yo recordarte

Padre, quiero la felicidad de dar felicidad
Padre, quiero la capacidad de perdonar aún contra el no entender
Padre, quiero el ver a todos sonreir en el tiempo que sea Tu tiempo

Con el eterno amor que eres Tú
Bendíceme en esta noche
Para dormir tranquilo,
Para estar junto a Tí

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