Mágico amor que te despliegas taciturno por mi noche
llevándome, trayéndome, acariciándome, mimándome cuando no lo comprendo.
Mágico amor que me acompañas a un viaje largo que no acabo
mágico amor de las toques delicados que me ven en las sombras
y en las grietas de mi alma te hayas amor
y en las rayas de mi corazón te encuentro, aún ahí te tengo.
Mágico amor, sencillo
Mágico amor, complejo
con vestidos de muchos ropajes
con sentidos de leves brebajes
Mágico amor, único
Llenándome mágico amor en los tiempos que se terminan
cuando siento la sombra que ni el opresor quiere ver
que ni el desahuciado desea sentir.
Llevándome mágico amor con los timbres roncos de las lágrimas
y en el dulzor que no se entiende te siento, mágico amor
y en el acabar, en el terminar de los jolgorios te dibujo
mírame mágico amor, siénteme mágico amor.
Mágico amor que te despliegas taciturno por mi noche
llevándome, trayéndome, acariciándome, mimándome cuando no lo comprendo.
Mágico amor, sencillo
Mágico amor, complejo
con vestidos de muchos ropajes
con sentidos de leves brebajes
Mágico amor, único.
lunes, 21 de mayo de 2012
martes, 15 de mayo de 2012
Diáfana
Cómo decir te olvido si te recuerdo en cada noche
Cómo decir no te siento si en la huella indeleble me sigues a toda hora
Cómo decirte déjame si aún en el dolor te recuerdo con dulzura
Oh huella herida! Oh mala vida!
Ocho y cincuenta y tres, estás ahí, quieta en una foto, en una playa, en un sueño
Ocho y cincuenta y tres y kokoro que danza sobre la noche, sobre todos mis días
Has lo que tengas que hacer que ya lo has hecho
continúa con tu mano sobre lo que merezco
ha de juzgarse un hecho como respuesta a la acción perdida en su desgracia
y he de minar mis expectativas como en un juicio de muerte lenta
mala herida! Oh huella mía!
Verte, oírte en un soplo, en una mirada que desconozco, en unos verbos que no recuerdo
Tenerte en un lugar que nunca tuve, en un tiempo que no es el mío, en la tristeza que escondo en la alegría
Oh dama mía! Oh rosa que me espinas!
No acepto nada en el tiempo, no porque no lo quiera sino porque no lo puedo
ha pasado el reloj tan solo un momento y ha blandido la espada a contratiempo
matando la queja del filo mortal que me tortura
Y vas herida niña mía sobre las sombras escondidas
sobre las respuestas a tus suplicios sin dádiva a tu desgracia te marchas en diáfana persecución de ti misma, de lo que quieres
Oh niña en huida! Oh sombra que espantas mucho!!
kokoro, la noche y el día en tu sinfonía
en tu blanca agonía para matar mis tormentos
kokoro de la composición, de la magnífica dirección que te lleva a mí eterna
cuánto he pensado sobre ti, cuánto he escrito sobre ti
Oh nota estupenda que calas en mi cerebro! Oh música que me elevas!
Todo está aquí, en las letras, encriptada
Todo está aquí, en el tiempo, permanente
Todo está aquí, en las huellas, en las líneas, en el todo, en tu yo, el que veo
Diáfana aunque no me digas;
con el disfraz no se esconde lo que se ve dentro
y tu pluma no ha de matar lo que no se le permita
si aún aunque se le permita muera yo con mi certeza, con mi convicción que no se muere aún en muerte
he de verte sin mis ojos, con las masas de los muchos he de verte en lo que quiero, en la dicha grande
diáfana; escondida para ti misma, yo te veo claramente
diáfana, perdida entre tus sombras, sin un techo, sin un cobijo que de veras te abrigue
sin el contigo, sin ti misma, diáfana vas en tu polvoriento correr, atrevida, diáfana, vida mía!
Cómo decir no te siento si en la huella indeleble me sigues a toda hora
Cómo decirte déjame si aún en el dolor te recuerdo con dulzura
Oh huella herida! Oh mala vida!
Ocho y cincuenta y tres, estás ahí, quieta en una foto, en una playa, en un sueño
Ocho y cincuenta y tres y kokoro que danza sobre la noche, sobre todos mis días
Has lo que tengas que hacer que ya lo has hecho
continúa con tu mano sobre lo que merezco
ha de juzgarse un hecho como respuesta a la acción perdida en su desgracia
y he de minar mis expectativas como en un juicio de muerte lenta
mala herida! Oh huella mía!
Verte, oírte en un soplo, en una mirada que desconozco, en unos verbos que no recuerdo
Tenerte en un lugar que nunca tuve, en un tiempo que no es el mío, en la tristeza que escondo en la alegría
Oh dama mía! Oh rosa que me espinas!
No acepto nada en el tiempo, no porque no lo quiera sino porque no lo puedo
ha pasado el reloj tan solo un momento y ha blandido la espada a contratiempo
matando la queja del filo mortal que me tortura
Y vas herida niña mía sobre las sombras escondidas
sobre las respuestas a tus suplicios sin dádiva a tu desgracia te marchas en diáfana persecución de ti misma, de lo que quieres
Oh niña en huida! Oh sombra que espantas mucho!!
kokoro, la noche y el día en tu sinfonía
en tu blanca agonía para matar mis tormentos
kokoro de la composición, de la magnífica dirección que te lleva a mí eterna
cuánto he pensado sobre ti, cuánto he escrito sobre ti
Oh nota estupenda que calas en mi cerebro! Oh música que me elevas!
Todo está aquí, en las letras, encriptada
Todo está aquí, en el tiempo, permanente
Todo está aquí, en las huellas, en las líneas, en el todo, en tu yo, el que veo
Diáfana aunque no me digas;
con el disfraz no se esconde lo que se ve dentro
y tu pluma no ha de matar lo que no se le permita
si aún aunque se le permita muera yo con mi certeza, con mi convicción que no se muere aún en muerte
he de verte sin mis ojos, con las masas de los muchos he de verte en lo que quiero, en la dicha grande
diáfana; escondida para ti misma, yo te veo claramente
diáfana, perdida entre tus sombras, sin un techo, sin un cobijo que de veras te abrigue
sin el contigo, sin ti misma, diáfana vas en tu polvoriento correr, atrevida, diáfana, vida mía!
lunes, 7 de mayo de 2012
Emisor
Conjugados los cerebros en dos ápices de conciencia
llevados hasta dentro de la azotea para plañirse quietos las vestiduras que ya no quedan
Presentes frente a la batalla que se batalla en paños menores, con los cueros al sol
sin las sombras como tapujos
Plañidos, quietos, inquietos a ratos, bañados en el plañido
Miren pueblos, miren torturas, vean las cosas que no pueden ver aún viéndolas
esa es la ironía de este escrito, en su claridad no verán mas nada estando el todo
Llora en la definición de un verbo, del que te haga huir de ti mismo
Creíste que entendías al emisor de estas conciencias??
Alzan en el legado de esta patria, sobre este terruño de las letras vistas
en muchas entradas formadas la una sola como llamado
en muchas entradas de tres en tres, de veinticinco en veinticinco
las docenas de tres en tres, las centenas de veintiocho en veintiocho
Dile al de doscientos que te preste un ciento
y ese de doscientos te dirá vete a un cuerno
en tu ciento no estará más que el sentimiento de las masas
de esa media, de esos muchos
y aún en los muchos de los doscientos se oirá el plañido porque aún no entenderán
en la retórica de las lineas se leerá; de una entrada se dará la salida a los muchos
En los vuelos de las aves se dibujarán centellas
En las huellas de los feroces se verá sagacidad engañosa
Quién sino los doscientos que yo he escogido?
Quién sino los cientos que he rechazado?
llevados hasta dentro de la azotea para plañirse quietos las vestiduras que ya no quedan
Presentes frente a la batalla que se batalla en paños menores, con los cueros al sol
sin las sombras como tapujos
Plañidos, quietos, inquietos a ratos, bañados en el plañido
Miren pueblos, miren torturas, vean las cosas que no pueden ver aún viéndolas
esa es la ironía de este escrito, en su claridad no verán mas nada estando el todo
Llora en la definición de un verbo, del que te haga huir de ti mismo
Creíste que entendías al emisor de estas conciencias??
Alzan en el legado de esta patria, sobre este terruño de las letras vistas
en muchas entradas formadas la una sola como llamado
en muchas entradas de tres en tres, de veinticinco en veinticinco
las docenas de tres en tres, las centenas de veintiocho en veintiocho
Dile al de doscientos que te preste un ciento
y ese de doscientos te dirá vete a un cuerno
en tu ciento no estará más que el sentimiento de las masas
de esa media, de esos muchos
y aún en los muchos de los doscientos se oirá el plañido porque aún no entenderán
en la retórica de las lineas se leerá; de una entrada se dará la salida a los muchos
En los vuelos de las aves se dibujarán centellas
En las huellas de los feroces se verá sagacidad engañosa
Quién sino los doscientos que yo he escogido?
Quién sino los cientos que he rechazado?
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