martes, 15 de mayo de 2012

Diáfana

Cómo decir te olvido si te recuerdo en cada noche
Cómo decir no te siento si en la huella indeleble me sigues a toda hora
Cómo decirte déjame si aún en el dolor te recuerdo con dulzura
Oh huella herida! Oh mala vida!

Ocho y cincuenta y tres, estás ahí, quieta en una foto, en una playa, en un sueño
Ocho y cincuenta y tres y kokoro que danza sobre la noche, sobre todos mis días

Has lo que tengas que hacer que ya lo has hecho
continúa con tu mano sobre lo que merezco
ha de juzgarse un hecho como respuesta a la acción perdida en su desgracia
y he de minar mis expectativas como en un juicio de muerte lenta
mala herida! Oh huella mía!

Verte, oírte en un soplo, en una mirada que desconozco, en unos verbos que no recuerdo
Tenerte en un lugar que nunca tuve, en un tiempo que no es el mío, en la tristeza que escondo en la alegría
Oh dama mía! Oh rosa que me espinas!

No acepto nada en el tiempo, no porque no lo quiera sino porque no lo puedo
ha pasado el reloj tan solo un momento y ha blandido la espada a contratiempo
matando la queja del filo mortal que me tortura

Y vas herida niña mía sobre las sombras escondidas
sobre las respuestas a tus suplicios sin dádiva a tu desgracia te marchas en diáfana persecución de ti misma, de lo que quieres
Oh niña en huida! Oh sombra que espantas mucho!!

kokoro, la noche y el día en tu sinfonía
en tu blanca agonía para matar mis tormentos
kokoro de la composición, de la magnífica dirección que te lleva a mí eterna
cuánto he pensado sobre ti, cuánto he escrito sobre ti
Oh nota estupenda que calas en mi cerebro! Oh música que me elevas!

Todo está aquí, en las letras, encriptada
Todo está aquí, en el tiempo, permanente
Todo está aquí, en las huellas, en las líneas, en el todo, en tu yo, el que veo

Diáfana aunque no me digas;
con el disfraz no se esconde lo que se ve dentro
y tu pluma no ha de matar lo que no se le permita
si aún aunque se le permita muera yo con mi certeza, con mi convicción que no se muere aún en muerte
he de verte sin mis ojos, con las masas de los muchos he de verte en lo que quiero, en la dicha grande
diáfana; escondida para ti misma, yo te veo claramente
diáfana, perdida entre tus sombras, sin un techo, sin un cobijo que de veras te abrigue
sin el contigo, sin ti misma, diáfana vas en tu polvoriento correr, atrevida, diáfana, vida mía!

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