Conjugados los cerebros en dos ápices de conciencia
llevados hasta dentro de la azotea para plañirse quietos las vestiduras que ya no quedan
Presentes frente a la batalla que se batalla en paños menores, con los cueros al sol
sin las sombras como tapujos
Plañidos, quietos, inquietos a ratos, bañados en el plañido
Miren pueblos, miren torturas, vean las cosas que no pueden ver aún viéndolas
esa es la ironía de este escrito, en su claridad no verán mas nada estando el todo
Llora en la definición de un verbo, del que te haga huir de ti mismo
Creíste que entendías al emisor de estas conciencias??
Alzan en el legado de esta patria, sobre este terruño de las letras vistas
en muchas entradas formadas la una sola como llamado
en muchas entradas de tres en tres, de veinticinco en veinticinco
las docenas de tres en tres, las centenas de veintiocho en veintiocho
Dile al de doscientos que te preste un ciento
y ese de doscientos te dirá vete a un cuerno
en tu ciento no estará más que el sentimiento de las masas
de esa media, de esos muchos
y aún en los muchos de los doscientos se oirá el plañido porque aún no entenderán
en la retórica de las lineas se leerá; de una entrada se dará la salida a los muchos
En los vuelos de las aves se dibujarán centellas
En las huellas de los feroces se verá sagacidad engañosa
Quién sino los doscientos que yo he escogido?
Quién sino los cientos que he rechazado?
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