Insomnio

En millares de caminos te busqué y siempre te encontré.
Con millares mi destino de dichas enormes lo llenaste.
Con centenares de abrazos me cubriste y con Tus palabras me enseñaste.

Enredado en nudos falsos siento mi perdición.
Con ese disfraz perspicaz que se guarda en la azotea de lo fácil, lo nefasto, siento devastación en mí.
No me abandones....

Y mirando una ruta
y contando mis intentos, más de diez mil, han llegado a su tope en esta noche
y la bomba explota dentro de mí.

Quieto estoy y no entiendo esos obrares
¿es que acaso no he pagado con el dolor?
cuán sabor a miel es deleitable mi desdicha para la venganza
y sabe el tiempo que se me ha corrido con premura por entre mis dedos
y sabe Tu voz que me has respondido en el lamento
y sabe mi conciencia y hasta mi inconsciencia que jamás me abandonaste.

Amándome hasta en las noches frías me arropaste
y secaste mis lágrimas abundantes
y aunque yo tiempo atrás no sequé a los que lloraban, en la noche fría me calmaste, me cubriste, borraste mis lágrimas, todas ellas eliminaste cuando menos me lo esperaba
En la noche del clamor me escuchaste.

Un círculo de más de doscientos
un aplauso de más de seiscientos
un amor tal vez de pocas
un aire en un abrazo que se me iba cuando decía que me amaba.

y ahora en donde estaré cuando mi boca hable barbaridades
y ahora se acaba mi lado de tu lado y me congelo en abandono
y es tal vez una desdicha por falta de un calor, de un amor,
tal vez el tiempo, tal vez...

y van veinte minutos del intento diez mil
y van vuelta en mi mente el borrón y la cuenta nueva
y es que maravilloso Eres
y aún me concedes el respiro y estas letras que si alguien las ve es porque vivieron.

Insomnio en noche de tristeza.
Insomnio en noche de pensamiento, arrepentimiento, aceptación, rechazo, locura.
Insomnio con una taza de café en la mano, con un lapicero, un marcador y un dictamen del tiempo y de mis pasos.
Insomnio que me enseñas diferente, con un apremiante delirio, con un contagiante suspiro.