domingo, 25 de diciembre de 2011

Y el hoy no era sin el ayer

Y me dijeron que te olvide con razón
y se llenaron la boca de estupor
y los galopes en tu contra fueron con retumbar.

Se llenaron todos los sacos del aborrecimiento
y luego tras toda ese armamento comenzó un ametrallar.

Era a ti a quién iban a amedrentar
pero en mi yelmo duro se doblaron las espadas
las balas al piso frío resultaron caer sin dañar.

Y aún ahí viendo lo evidente quise ser tu protector
y era un ayer
y estaba un hoy
y el hoy no era sin el ayer
y por ese ayer estoy yo hoy
y hoy he de hacer algo de mi ayer inexistente
no para averiar tu presente
sino para contribuir en tu buen futuro
no con mal augurio
no con penas transmitibles
no con lloros ni quejares
no con un volver atrás, porque eso es imposible
pero sin con un repartir, un indagar
un aprender sustancioso, un no volver a malograr.

He aquí la mano de hierro
He aquí la voz que retumba antes del divagar del resto enorme

Y he aquí, que haya un gigante eco de voz
que diga adelante, ve a un dar sustancioso
adelante!! ve al enseñar generoso!!
adelante!! ve al cuidar ostentoso!!

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